¿Para qué estamos ahí? De dónde alimento mi concepto de movimiento con intención.
Si estamos realmente en el cuerpo mientras hacemos el movimiento, podemos sentir como cada postura mueve también una emoción.
Hay patrones psicológicos (en lenguaje yóguico Samskaras) y también determinadas emociones y pensamientos (Vrittis). Muchas veces logramos estar en el cuerpo dejando pasar los samskaras y los vrittis.
Pero otras veces seguramente te ha pasado que estas en una postura ya sea ¨fácil o difícil¨ durante tu práctica, pero interviene la mente con la lista de pendientes, o con una crítica hacia el profesor que se equivocó o una auto crítica hacia tus isquiotibiales rígidos y BOOM te caes, te sales de la postura, te quedas sin equilibrio.
Y eso pasó porque te saliste de estar en el cuerpo y de sentir el momento.
Y adivinen que: punto para la mente, te saco del cuerpo presente y del movimiento o postura que estabas haciendo.
Solo quería compartirte esto, porque vivimos sumergidos en un mundo de alta demanda de tu ¨presencia¨ y eso deja muy poco margen para darte presencia a vos mismo.
Y el movimiento con intención puede ser ese espacio INTENCIONAL para vos.
Que no se te olvide mientras estas en tu práctica, para qué estás ahí y así soltar la frustración por no ejecutar una postura o por no conseguir 20 minutos de meditación como ayer.
¿Para qué estamos ahí?
Para estar en el cuerpo, para respirar conscientemente.
Para conectar con la respiración, para movernos y empezar a bajar al cuerpo.
Para que nuestros órganos de percepción se vayan abriendo en armonía hacia el corazón.
Para que cada latido nos traiga a la presencia.
Para que sea el silencio un lugar seguro.
Para que accedemos a otra puerta, la que no nos lleve afuera.
La puerta que nos conecte con el SER.
Con amor Jessi.
Gracias por leer siempre.