No estamos para siempre, estamos para hoy.
A veces hacemos de todo, pensamos en todo y vivimos todo como si fuésemos a estar para siempre.
Pero no, realmente eso es lo único que no nos va a suceder.
Estamos para hoy, no para siempre.
Así que todo por lo que luchás o trabajás debería de estar enfocado en hoy, porque mañana nadie sabe.
Rápido o lento nos vamos a ir de aquí.
Así que eso de que el tiempo es oro no es cuento, el tiempo vale más que el dinero.
Y nuestro tiempo, la manera en cómo y con quién lo invertimos nadie nos lo va a devolver.
Así que ojalá que estés viviendo el tiempo como merecés vivirlo, ojalá no te estés diciendo que vas a recuperar el tiempo perdido.
Ojalá que cuando tengás que elegir entre tiempo para vivir o cosas materiales que mantener, tengás muy presente que el tiempo vivido siempre queda, pero que todo lo material va a desaparecer.
HOY, ahorita que estás leyendo esto, si no creés en las señales no importa, pero justo ahorita que estás aquí, que estás vivo y que no te has ido, ¿por qué estás privándote de hacer lo que querés hacer?
¿Por qué estás trabajando en algo que no te apasiona?
¿Por qué no estás diciendo te amo a todo las personas que amas?
¿Por qué estas cumpliendo las expectativas ajenas?
¿Por qué no abrazás lo bueno que la vida te está poniendo en frente?
¿Por qué no soltás lo tóxico?
¿Por qué no estás mejorándote?
No dejés que tu tiempo no sea vivido por el miedo, por las etiquetas, por el juicio, por las apariencias, por la vergüenza.
Si vas a tener miedo, que sea miedo a irte de este mundo sin haber vivido.
Si te van a importar las etiquetas, el juicio o las apariencias que sean porque estás odiando, o insultando tu presencia o las de las demás personas.
Si te va a dar vergüenza, que sea vergüenza a dejar la tierra sin haberte sentido vivo.
No estamos para siempre.
Estamos para hoy.
Para que hoy pase todo eso que puede ser y que no estás dejando que sea.
No estamos para siempre.
Estamos para hoy.